FINALES PERDIDOS

¿Cuándo unos personajes de ficción tiene éxito, se "les permite descansar"?

Podía hacer un recorrido a finales clásicos del cómic. Pero seamos sinceros, muchas veces el lector se ve atrapado en el Día de la marmota. Vale, la sunday final de Milton Caniff en Terry y los Piratas (29/12/1946) es una gran despedida, pero la serie siguió sin su creador. Excepcional es el caso de la última tira de Peanuts. Schulz ya estaba muy grave de su enfermedad, pero como  trabajaba con cierto margen ya tenía hechas algunas tiras. La última fue publicada el día después de su muerte. No se me ocurre mejor obituario.

Otros como Tintin tienen incluso albumes a medias (El Arte Alfa) En el caso de Astérix sería mejor dejarlo, a seguir de forma tan mediocre (no me refiero al homenaje de varios autores, que por lo menos tenía gracia). En cuanto a comic-books americanos, tendríamos series limitadas (curioso el ejemplo de Watchmen que en su simetría repite en su final la imagen inicial) u otras de mayor recorrido que van desde un épico happy end como Predicador a un punto y ¿final? desasosegante como Sandman. Pero no hay nada sagrado y en DC Comics, perdón Entertainment, podían querer publicar una secuela de Watchmen.

Muchas veces la muerte del personaje no es sino un principio, si no que se lo digan a Superman o a Jean Grey. E incluso las últimas historias de algunos héroes como The Dark Knight Returns o ¿Qué le sucedió al Hombre del Mañana? son vistazos a un desenlace que nunca se alcanzará. Tampoco se deja descansar en paz a los universos (ya pueden Marv Wolfman y George Pérez destruir infinitas Tierras) Últimamente, la morosidad de ciertos autores nos hace esperar ansiosos el capítulo del desenlace (¿de verdad el desplegable del nº 13 de Ultimates 2 merecía la espera? ¿De verdad hace falta preguntarlo? ¿Las nuevas partes devalúan el original?).

Es malo generalizar y más lo es tener olvidos ¿Qué hay del manga dirán algunos? Pues, después de miles de páginas ¡que placer causa leer la conclusión de Akira o Monster!

Mi opinión es que a los frikis, como humanos que somos (que sí, que lo somos) nos cuesta renunciar a nuestros placeres. A muchos nos gustaría tener a nuestro autor favorito inmovilizado en nuestra casa como en Misery. Se dice que cada español es un seleccionador de fútbol en potencia y en el caso del 9º Arte, un editor ¿Por qué lo harán tan mal si podían hacerme caso a mí? ¿Por qué no cancelarán esa serie que ya no me gusta, pero no puedo dejar de comprar (o de ver) porque soy un coleccionista (espectador) compulsivo? Pero a todos nos da pena que algo bueno acabe.

Toda la parrafada anterior viene a cuento porque Lost llega a su fin y está claro que defraudará tanto como gustará. El final ya está creando expectación (se llegará a pagar 900.000$  por un spot de 30 segundos durante la pausa del último capítulo que en un derroche de originalidad se titulará The End) y  provocará reacciones de todo tipo. Yo no me voy a rasgar las vestiduras por ello ya que sólo espero que me entretengan hasta que llegue.